Uno de los mayores errores o problemas de la población general es su mala distribución de las ingestas a lo largo del día. El desayuno es una de las comidas más importantes y, sin embargo, no suele ser tratada con tal merecimiento. Esto genera un déficit calórico que luego compensamos con atracones a deshoras o en la comida y en la cena, con lo de poco beneficioso tiene ello para nuestro organismo.
Estructurar las ingestas a lo largo del día resulta fundamental para llevar un tipo de vida saludable y evitar aumentos de peso. Los nutricionistas hablan de repartir entre 5 y 7 a lo largo del día, siendo tres de ellas, desayuno, comida y cena, las más importantes.
A continuación expongo dos ejemplos, uno de persona sedentaria y otro deportista que entrena por la tarde, para distribuir porcentualmente las ingestas:
Persona sedentaria:
- Desayuno 25-30%
- Almuerzo 10%
- Comida 25-30%
- Merienda 10%
- Cena 10-20%
Perdona que entrena por la tarde:
- Desayuno 20%
- Almuerzo 10%
- Comida 25%
- Ingesta preentrenamiento 5%
- 1ª comida postentrenamiento 20% (nada más acabar)
- 2ª comida postentrenamiento 10% (2 horas)
- Cena 10%
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